Acompañamiento del proyecto
El proyecto personal de vida y el acompañamiento vocacional
Definición
El proyecto personal de vida es un instrumento que sirve para el crecimiento personal, pero también es útil para el discernimiento vocacional, para el acompañamiento. Esta palabra, proyecto, se explica desde la toma de decisión de alcanzar un modelo en el futuro. Se pone una meta a la cual acercarse, y también se ponen los medios oportunos para tender hacia ella.
Los tipos de proyecto
a. El personal
Desde quien planea cómo regar su fragmento de parcela hasta quien imagina cómo llegar a ser un excelente abogado asumen la dinámica del proyecto. Tiene un proyecto personal quien profundiza en sus dimensiones individuales (espiritual, intelectual, social, psicológica) y se plantea cómo se encuentran y hacia dónde desea llevarlas. Lo importante de este tipo de proyecto es -como en todos- la escucha que se le preste al acompañante (el cual es Dios en primer lugar) y lo disponible que se está para cambiarlo ¡la vida es un continuo sorprenderse!
b. El espiritual
Existe también quien posee un proyecto de vida espiritual desde el que se pretende construir una vivencia de la fe cristiana. Este, como todo proyecto, es englobante. Se fija en todos los aspectos del individuo y los “jala” hacia donde se desea estar. Es proyecto de vida espiritual va a darle una sazón cristiana a toda la vida.
c. El vocacional
También existe el proyecto vocacional en el que el sujeto imagina cómo hacer para abrazar ciertos valores vocacionales que ha decidido asumir. Este tipo de proyecto ayuda a la persona a dar los pasos convenientes y a poner los medios necesarios para responder a la llamada de Dios.
La esencia de todo proyecto está en querer hacerse cargo de la propia vida mediante el análisis de lo que actualmente soy y hacia dónde quiero ir, y objetivamente caminar hacia allá.
Siendo acompañado a través del proyecto
Quien decide asumir un proyecto de vida, asume también el querer compartirlo con otra persona que le sirva de acompañante. Esta persona es quien escucha atentamente el proyecto de su acompañado, lo contrasta con la realidad de él, lo cuestiona sobre sus motivaciones y lo apoya en su cumplimiento. Quien comparte su proyecto de vida con otro goza al escuchar una opinión exterior, le sirve de balanza y consejo. Se enriquece el proyecto cuando se comparte con aquél que se sabe es una persona adecuada para ello.
Actitudes indispensables
Acompañante y acompañado colaboran mutuamente en la realización en la vida del proyecto (vocacional o espiritual, o personal), pero es favorable que posean ciertas características. Quien acompaña debe de prestar atención al que es acompañado: va a compartir algo importante para él. Es deseable que también anime al protagonista del proyecto a autoexplorarse, para evitar dictarle qué hacer. También se espera que el acompañante anime al acompañado en la vivencia de su proyecto.
Por otro lado, quien dibuja su proyecto debe también de cultivar ciertas cualidades: el deseo de crecer es característico en estas personas. La valentía para abrir su realidad y corazón para cambiarlo y tomar decisiones trascendentes. La conciencia de saberse responsable de la propia vida y el compromiso ante sí mismo son también actitudes que favorecen la vivencia del proyecto.
Los contenidos
Cuando se proyecta el crecimiento de vida, y se quiere compartir con el acompañante se piensa en ciertos ejes fundamentales o dimensiones que van articulando el proyecto.
Dimensión espiritual
Es el eje que refiere a la relación con Dios. Trata sobre la calidad y profundidad de la oración. Purifica la imagen que se tiene de Dios. Analiza los hábitos de trato con la Palabra. Cómo se viven los sacramentos, qué se entiende por compromiso cristiano. Esta dimensión constituye el corazón del proyecto en el sentido de que a través de ella el sujeto se pone ante Dios con actitud de escucha y disponibilidad para decirle: ¡hágase en mí lo que quieres tú!
Dimensión humana
Es la base necesaria sobre la que se construye cualquier proyecto. Refiere a la salud psíquica-emocional, al desarrollo de la personalidad y a la calidad de relaciones. Llega a analizar los valores morales, la vivencia de la sexualidad, las condiciones físicas y socio-económicas del sujeto, se fija en la formación de conciencia y el la honestidad y transparencia respecto al acompañamiento.
Dimensión apostólica
Qué tanto se entiende el sujeto como una persona de confianza que Cristo ha elegido para la misión. Cómo realiza la transmisión del evangelio en su vida y a través de sus acciones. Profundiza en las actitudes de servicio que se muestran en la vida cotidiana (grupo de jóvenes, lectores, grupo misionero, cualquier servicio).
Dimensión intelectual
Se refiere a la formación académica. Cómo es el compromiso con los estudios, qué tanto valor se le otorga. Cúal es el método que se utiliza para los mismos. El cuidado de las calificaciones refiere a esta área,por ejemplo.
Dimensión del proyecto
Esta dimensión se tiene en cuenta como la que integra todas las demás. En ella se evalúa cómo se ha caminado en el progreso de todas las demás. Qué tanto compromiso con lo que se planeo existe. Qué medios han resultado y cuáles no. Se está seriamente involucrado en el proyecto de vida o no se está.
Como se puede ver, cuando se profundiza en estas dimensiones de personalidad y se platica con un acompañante la posibilidad de recorrer un camino se hace más real. Cuando proyecto dónde estoy, hacia dónde quier ir y qué tengo que hacer para llegar allá estoy construyendo -de primera mano- mi vida. Asumo el protagonismo de mis acciones y las comparto con humildad, para que el acompañante me ayude a encontrar mejores vías para abrazar lo que me he propuesto, y me confronte continuamente.
Quien acompaña estará atento y -con una vista aguda- ayudará a su acompañado a que llegue hacia donde se propuso. Profundizando en el objetivo de cada una de las áreas podrá guiar con su consejo para que la persona avance.
Bibliografía: El proyecto personal de vida, propuesta y método. Servicios de Animación Vocacional Sol, A.C.