36.- Queremos escuchar a Dios
SEÑOR… YO TE BUSCO
No me escondas tu rostro.
Mi tierra esta seca, sedienta de ti.
Te necesito.
¿Dónde vives, Señor? ¿Como es tu casa?
SEÑOR… TU ERES MI AUXILIO
Quiero refugiarme a la sombra de tus alas.
Quiero oír tu voz en la paz y en el sosiego.
Dame valor para seguirte:
aunque cueste,
aunque se rían de mí,
aunque busquen perderme los que dicen mentira.
SEÑOR. . .
—Hazme encontrar “TU HORA”, “MI HORA”.
La hora en que tu Palabra entre en mi y se haga carne conmigo.
—Hazme huir del huracán, y del fuego, y del terremoto,
porque no quiero encontrar un dios falso desde mis odios
y rencores.
porque no pretendo oír voces de dioses extraños desde el ardor
de mis egoísmos.
porque no deseo palabras de dioses tranquilizadores
que acallan la conciencia de servicio y preocupación
por los hombres.
—Háblame, Señor, desde la brisa de la comprensión y del Amor.
SEÑOR… YO TE BUSCO