Proyecto de vida
Proyecto de vida
Sebastián Sandoval Díaz
¿Sabías que el proyecto de vida se refiere siempre a un objetivo, a un fin que la persona cree que puede y debe enfocar su vida a él? ¿Te has preguntado qué es lo que es un proyecto de vida? ¿Sabes cómo planearlo? ¿Sabes que tú puedes hacerlo?
Aquí tendrás 4 puntos que te podrán ayudar a construir un proyecto de vida
El término “proyecto de vida” se utiliza desde hace poco en la teología y en la pastoral vocacional y subrayan el papel que la persona debe tener ante su vida. Antes se hablaba de proyecto en la vocación, hoy se entiende más bien en el sentido de cómo es que la persona se sitúa en su vida entendida como proyecto de Dios.
1. Un sentido para la vida.
La expresión proyecto de vida se refiere siempre a un objeto o a un fin que la persona sabe que puede dar su vida. Esto es porque sabe que necesita una razón para vivir. Es por eso que es necesario un proyecto de vida, para que pueda planear y sepa a cuál objeto dar su vida. En diferentes teorías, tanto psicológicas, sociológicas y filosóficas, se confirma este dato, aunque de varios de puntos de vista. Santo Tomás de Aquino dirá que debemos tener un: “¿Para qué?” en nuestras vidas. Y esto se puede entender desde lo que Pedro dice a Jesús: “¿Señor, a quién iremos sí tú tienes palabras de vida eterna?”. El hombre piensa desde un horizonte de significados que lo conducen a tener que aprender de los sentidos de los acontecimientos que se cruzan en su vida. Y esto hace que el hombre se convierta en el autor de su destino, desarrollo, realización. Esto hace que sea capaz de responder.
El hombre ejerce su responsabilidad en la historia, lugar donde encuentra poco a poco lo que necesita para proyectar su vida. Pero la libertad con que puede mostrar su responsabilidad está condicionada. Podemos decidir en aquello que nos resulte mejor. Porque no podemos elegir algo que nos eche a perder o que nos destruya como persona, sino que debemos elegir en aquello que nos haga bien y nos resulte feliz. Se debe de mirar al pasado y poder encontrar en él el sentido que se tiene. Un proyecto sobre uno mismo que niega el propio pasado, no es un proyecto de vida, sino una huida constante. Se tiene que mirar el pasado y presente para poder para poder llegar a un potencial y un rostro preciso de la identidad del sujeto.
2. Identidad y proyecto de vida.
Erikson decía que la identidad es: “un sentido estable de continuidad interior que permanece en el tiempo y en las circunstancias”. Este concepto toca el aspecto individual y percibe la manera en que alguien que sigue siendo él mismo a pesar del tiempo, con ideas propias, valores.
Para obtener un sentido maduro de responsabilidad se necesita saber a dónde se quiere ir, cuál es el fin a donde se quiere dirigir la vida, el objetivo en que emplear todas las energías. Pero, para obtener un mejor, resultado se debe de tener una relación coherente entre el yo ideal (lo que quiero y estoy llamado a ser) y el yo actual (lo que soy aquí y ahora). En el grado de armonía que se obtiene de entre estos dos términos, se podrá hablar de una buena madurez. ¿A qué se va con esto? a que no se puede pensar en algo muy elevado cuando tu realidad es otra. No se pude hablar en que quieras tener una familia con hijos y esposa, cuando ya están a punto de ordenarte presbítero. Esta estabilidad se puede lograr en la adolescencia, ya que en ella nos damos nombre y contenidos concretos. Un adolescente cree que puede y debe dar sentido a su vida dándose a algo. Aquí es donde se puede planificar un buen proyecto de vida. Se puede guiar por la coherencia y los valores evangélicos que Cristo nos invita a seguir.
3. Proyecto de vida y vocación
El proyecto de vida se define como algo que anticipa al desarrollo futuro, y un sentido que hay que dar a la propia vida. Esto supone, pues, superarse a sí mismo ya que trasciende al yo actual y lo realiza plenamente. El proyecto de vida es en donde se construye la personalidad y se asume las responsabilidades, en donde se requiere la libertad para tomar los riesgos que se tienen. También debe de considerarse que no se hace el proyecto de vida para ser infelices, sino para conducirte a la felicidad. Hay que considerar que nuestro destino está en nuestras manos porque Dios lo ha puesto en ellas. También hay que saber cómo aprovechar las oportunidades u ocasiones que nos ofrece la vida y tenemos que hacer elecciones hacia el bien.
El hombre no puede encontrar el verdadero sentido de vida en sus capacidades, en lo que tiene, etc. Sino que debe enfocarse en lo que puede llegar a ser.
4.- Criterios para construir un proyecto de vida
a) Un fundamento objetivo y trascendente: Se caracteriza por su manera al trascender que garantiza un resultado positivo.
b) Un enraizamiento en la historia: En un presente, pasado y futuro, la vida es el lugar donde Dios se revela. Es buscar, en la propia vida, las huellas del paso de Dios y de su voz que nos llaman. Y a través de esta historia, debes dar una respuesta que se une con Cristo.
c) Un camino de búsqueda continua: El proyecto de vida no sólo se caracteriza por buscar el sentido de la vida, sino también su disfrute y su belleza. Su dinámica lleva al hombre a iniciar un camino: Descubrimiento y el límite al cual puede llegar el hombre.
d) Una presencia en el mundo de tipo oblativo: El verdadero proyecto de vida se caracteriza por ser coherente con la vida y con los valores que le caracterizan. Su auto trascendencia está en la capacidad de dar sentido a su vida decidiéndose jugarse todo en ella.
Tomado de
Breña, Enzo. Proyecto de vida. En Diccionario para la Pastoral Vocacional. Ediciones Sígueme.