69.- A María por los sacerdotes
Madre Inmaculada, siempre Virgen María. Madre de la gracia, Madre de todas las gracias. Madre de todos los hombres, Madre de Dios.
Te acompaño y contigo ofrezco a tu Hijo, inmolado en la cruz, y junto con Él a todos los sacerdotes y las vidas consagradas, para que este sacrificio purifique y redima a las almas de todos los pecadores, y que, por la pasión y resurrección de tu Hijo, sean transformadas por el Espíritu Santo, y llevadas al Padre, para su mayor gloria.
Te pido, Madre mía, tu especial protección, para el Papa, los obispos y sacerdotes, fieles representantes de tu Hijo, y para todas las almas que por él han sido llamadas a la vida consagrada. Derrama sobre ellos todas tus gracias, para que, habiendo renunciado a los placeres de este mundo, para entregarse totalmente al servicio de tu Hijo, sean santos en esta vida, practicando la perfección de las virtudes diarias.
Que perseveren en esa santidad y, unidos al amor del Sagrado Corazón de Jesús, alcancen con él y con todas las almas la vida eterna.
Te pido que consigas para ellos los dones, frutos y carismas del Espíritu Santo, para que fortalezcan su entrega diaria y su fe. Te doy gracias por tu amor maternal, y por tu constante presencia en todas las Santas Misas y en todo momento. Me ofrezco enteramente a ti, con toda mi voluntad y mi amor por ellos.
Amén.