48.- Por las vocaciones de nuestra familia
Padre, tú llamas a cada uno de
nosotros por nombre y nos pides
que te sigamos.
Bendice a tu Iglesia y danos dedicados
y generosos líderes de nuestras familias
y amigos quienes puedan servir a
tu pueblo como religiosas, sacerdotes,
diáconos y ministros laicos.
Inspíranos mientras crecemos en tu
amor y abre nuestros corazones
para oír tu llamada.
Te lo pedimos en
nombre de Cristo.
Amén.