25.- Miedo al sí
TENGO MIEDO A DECIRTE QUE SÍ, Señor,
porque… ¿a dónde me vas a llevar?…
Tengo miedo a arriesgarme,
a firmarte en “barbecho”,
de darte un SÍ,
que genere una reacción de “sies” en cadena;
y sin embargo…
¡no tengo paz!
Tú me persigues, Señor,
me acechas por todas partes.
Me aturdo con ruido
porque temo oír tu voz;
pero Tú te infiltras en el silencio.
Me desvío del camino al verte,
pero cuando llego al fondo del sendero,
¡ALLÍ ESTÁS TÚ!
¿Dónde podré esconderme
si te encuentro siempre?
No, no hay modo de esquivarte.
… Pero, es que tengo miedo de decirte que SÍ, Señor.
Tengo miedo de alargarte la mano,
porque la aferras en la tuya…
Tengo miedo de encontrarme con tu mirada,
porque me seducirás…
Tengo miedo de tus exigencias,
porque eres un Dios celoso…
Apuntas hacia mi, pero esquivo el blanco.
Me aprisionas, pero me resisto.
Y sigo combatiendo, sabiendo que estoy vencido.
Pero… es que, de veras, ¿se te puede resistir?…
Señor, para que llegue tu Reino y no el mío,
ayúdame a decir que SÍ.
Ayúdame a decir que SÍ,
para que se haga tu voluntad y no la mía.