
14.- Por nuestra propia vocación
Señor Creador y Redentor!
Tú, que estás presente e invisible
en el instante de nuestro primer palpitar,
y cuando el agua santa limpia lo más íntimo
de nuestra naturaleza pecadora,
y en todos los momentos
de nuestro agitado vivir hoy,
sal a mi encuentro
y al encuentro de cada hombre,
y señala, con la luz de tu presencia percibida,
cuál sea nuestro servicio dentro de la Iglesia
y de la comunidad de los hombres,
para que, empujados por tu gracia,
cumplamos todos y cada uno
con nuestra vocación.
Señor Creador y Redentor,
escucha nuestra plegaria. Amén